Signos y síntomas del cáncer de seno
Una parte importante de la salud de los senos consiste en saber cómo se ven y se sienten normalmente sus senos. Descubrir el cáncer de seno tan pronto como sea posible le dará más probabilidades de que su tratamiento sea eficaz. No obstante, conocer los signos a los que debe prestar atención no reemplaza a los mamogramas ni a otras pruebas de detección. Las pruebas de detección pueden ayudar a encontrar el cáncer de seno en sus etapas iniciales, incluso antes de que aparezca algún síntoma.
El síntoma más común del cáncer de seno es una nueva masa o protuberancia. Una masa no dolorosa, dura y con bordes irregulares tiene más probabilidades de ser cáncer, aunque los tumores cancerosos del seno pueden ser sensibles a la palpación, blandos y de forma redondeada. Incluso pueden causar dolor. Por este motivo, es importante que un médico con experiencia en las enfermedades de los senos examine cualquier masa o protuberancia nueva, o cualquier cambio en los senos.
Otros posibles síntomas del cáncer de seno incluyen:
- Hinchazón de parte o de todo el seno (aunque no se sienta una protuberancia definida)
- Irritación o hendiduras en la piel
- Dolor en el seno o en el pezón
- Retracción (contracción) de los pezones
- Enrojecimiento, descamación o engrosamiento de la piel del seno o del pezón
- Secreción del pezón que no sea leche materna
Algunas veces un cáncer de seno se puede propagar a los ganglios linfáticos de las axilas o alrededor de la clavícula y causar una protuberancia o inflamación ahí, aun antes de que el tumor original en el tejido del seno sea lo suficientemente grande como para poderlo palpar. Un médico debe examinar también los ganglios linfáticos inflamados.
Aunque cualquiera de estos síntomas puede ser causado por otras afecciones distintas al cáncer de seno, si usted los presenta, debe notificar a su médico para que él o ella encuentre la causa.
Debido a que los mamogramas no encuentran cada cáncer de seno, es importante que esté al pendiente de los cambios en sus senos y conocer los signos y síntomas de este cáncer.
Fuente: American Cancer Society
Recomendaciones para la detección temprana del cáncer de seno
Las medidas más importantes que se pueden tomar para prevenir las muertes por cáncer de seno consisten en encontrar el cáncer temprano y recibir el tratamiento más avanzado para combatir la enfermedad. El cáncer de seno que se detecta temprano, cuando es pequeño y no se ha extendido, es más fácil de tratar con buenos resultados. Las pruebas de detección habituales representan la manera más confiable para encontrar temprano el cáncer de seno. La Sociedad Americana Contra El Cáncer establece guías de detección en mujeres con riesgo promedio de cáncer de seno, y para aquellas en riesgo más alto que el promedio de este cáncer.
¿Qué son las pruebas de detección?
El objetivo de los exámenes para detectar el cáncer de seno consiste en encontrarlo antes de que empiece a causar síntomas (como una protuberancia que se pueda palpar). Las pruebas y exámenes de detección tienen el propósito de encontrar una enfermedad en las personas que no tienen ningún síntoma. La detección temprana significa encontrar y diagnosticar una enfermedad antes de que usted hubiese esperado a que comenzaran los síntomas.
Los cánceres de seno que se encuentran durante los exámenes de detección suelen ser más pequeños y estar aún confinados al seno. El tamaño y la extensión del cáncer de seno son algunos de los factores más importantes para establecer el pronóstico (expectativa) de una mujer que padezca esta enfermedad.
Recomendaciones para la detección del cáncer de seno en mujeres con riesgo promedio
Estas guías están dirigidas a mujeres con un riesgo promedio de cáncer de seno. Una mujer en riesgo promedio no presenta antecedentes personales de cáncer de seno, antecedentes familiares de cáncer de seno, una mutación genética conocida que aumente el riesgo de este cáncer (como BRCA), y no recibió radioterapia dirigida al tórax antes de los 30 años de edad. (Más adelante se ofrece información sobre guías para las mujeres en mayor riesgo que el riesgo promedio).
Las mujeres de 40 a 44 años de edad tienen la opción de iniciar la detección con un mamograma (mamografía) cada año.
Las mujeres de 45 a 54 años deben someterse a un mamograma cada año.
Las mujeres de 55 años y mayores pueden cambiar a un mamograma cada 2 años, o pueden optar por continuar con sus mamogramas anualmente. Los exámenes de detección deben continuar siempre y cuando la mujer se encuentre en buen estado de salud y se espera que viva 10 años o más.
Toda mujer debe familiarizarse con la manera natural en que lucen y se sienten sus senos e informar inmediatamente a su médico cualquier cambio que note en sus senos.
Todas las mujeres deben entender qué esperar cuando se hace un mamograma para la detección del cáncer de seno (lo que puede y no puede hacer el estudio).
Mamogramas (mamografías)
Los mamogramas regulares pueden ayudar a encontrar el cáncer de seno en una etapa temprana, cuando el tratamiento es más eficaz. Un mamograma puede encontrar, años antes de que se presenten síntomas físicos, cambios en los senos que podrían ser cáncer. Los resultados de muchas décadas de investigación muestran claramente que las mujeres que se hacen mamogramas regularmente tienen más probabilidades de encontrar temprano el cáncer de seno, menos probabilidades de necesitar tratamiento agresivo, como cirugía para extirpar el seno (mastectomía) y quimioterapia, y más probabilidades de curarse.
Los mamogramas no son infalibles, ya que pueden pasar por alto algunos cánceres. Además, a veces una mujer necesitará más exámenes para averiguar si algo encontrado en un mamograma es o no es cáncer. También hay una pequeña posibilidad de ser diagnosticada con un cáncer que nunca habría causado algún problema si no hubiese sido encontrado durante el examen. Es importante que las mujeres que se hacen mamogramas sepan qué esperar y comprendan los beneficios y las limitaciones de los exámenes de detección.
Examen clínico y autoexamen de los senos
La investigación no ha mostrado un beneficio claro de los exámenes físicos de los senos realizados por un profesional de la salud o por usted misma con el propósito de detectar el cáncer de seno. Hay muy poca evidencia que indique que estos exámenes ayudan a encontrar tempranamente el cáncer de seno cuando las mujeres también se hacen mamogramas de detección. Debido a esto, no se recomienda hacer periódicamente el examen clínico ni el autoexamen de los senos. No obstante, toda mujer debe familiarizarse con la manera natural en que lucen y se sienten sus senos e informar inmediatamente a su médico cualquier cambio que note en sus senos.
Recomendaciones para la detección del cáncer de seno en mujeres con mayor riesgo que el promedio
Las mujeres que están en alto riesgo de cáncer de seno basándose en ciertos factores deben someterse a una imagen de resonancia magnética (MRI) y a un mamograma cada año. Esto incluye a mujeres que:
- Tienen un riesgo de padecer cáncer de seno durante su vida de aproximadamente 20 al 25 por ciento o mayor, de acuerdo con las herramientas de evaluación del riesgo que se basan principalmente en el antecedente familiar (tal como el modelo Claus – vea información más adelante)
- Se sabe que presentan una mutación del gen BRCA1 o BRCA2
- Tienen un pariente de primer grado (madre, padre, hermano, hermana o hija) con una mutación del gen BRCA1 o BRCA2, y no se han sometido ellas mismas a una prueba genética
- Han sido sometidas a radioterapia en el área del tórax (pecho) cuando tenían una edad de entre 10 y 30 años
- Tienen el síndrome de Li-Fraumeni, de Cowden o de Bannayan-Riley-Ruvalcaba, o tienen parientes de primer grado con uno de estos síndromes
La Sociedad Americana Contra El Cáncer no recomienda realizar una MRI como prueba de detección en mujeres cuyo riesgo de cáncer de seno durante la vida sea menor al 15%.
No existe suficiente evidencia que permita emitir una recomendación a favor o en contra de realizar una MRI como prueba de detección cada año en mujeres que presentan un riesgo de cáncer de seno moderadamente aumentado (un riesgo durante la vida de 15% a 20% de acuerdo con las herramientas de evaluación del riesgo que se basan principalmente en el antecedente familiar) o en mujeres que podrían tener un riesgo aumentado de cáncer de seno según ciertos factores, tal como:
- Tienen un antecedente personal de cáncer de seno, carcinoma ductal in situ (DCIS), carcinoma lobulillar in situ (LCIS), hiperplasia ductal atípica (ADH), o hiperplasia lobulillar atípica (ALH)
- Tienen senos “extremadamente” o “heterogéneamente” densos según se observa en un mamograma
Si se utiliza una imagen por resonancia magnética (MRI), debe hacerse en conjunto con, y no en sustitución de, un mamograma de detección. Ello se debe a que, si bien es más probable que una MRI detecte el cáncer que un mamograma, aún podría no detectar algunos cánceres que el mamograma sí detectaría.
La mayoría de las mujeres en alto riesgo debe comenzar la detección con MRI y mamogramas a partir de los 30 años y continuar siempre y cuando estén en buen estado de salud. Sin embargo, una mujer con alto riesgo debe tomar la decisión de cuándo comenzar la detección al consultar con su médico, tomando en cuenta las circunstancias y preferencias personales.
Fuente: American Cancer Society